Síntomas físicos del despertar espiritual
El crecimiento espiritual es el proceso de despertar interior, la elevación de la conciencia más allá de la existencia ordinaria y cotidiana, y el despertar a algunas verdades universales. Significa ir más allá de la mente y del ego y darse cuenta de quién eres realmente.
El crecimiento espiritual no es una excusa para escapar de las responsabilidades. No significa comportarse de forma extraña y rara, ni convertirse en una persona poco práctica. Es un método para crecer y convertirse en una persona más fuerte, más feliz y más responsable.
Reconoce el hecho de que eres un espíritu con un cuerpo físico, no un cuerpo físico con un espíritu. Si puedes aceptar esta idea, cambiará tu actitud hacia las personas, la vida y los acontecimientos y situaciones por los que pasas.
Ejerce a menudo tu fuerza de voluntad y tu capacidad de decisión, incluso en los pequeños asuntos cotidianos. Toma tus propias decisiones en los asuntos que te afectan personalmente. Esto te fortalecerá y te dará el control sobre tu mente.
Este espíritu está igualmente presente en la persona más material y en la más espiritual. El nivel de manifestación de la espiritualidad depende de lo cerca que esté el espíritu interior de la superficie, y de lo oculto que esté por nuestros pensamientos, creencias y hábitos negativos.
Versículo bíblico crecimiento espiritual
Como el materialismo se convierte en el estilo de vida, la mayoría de la gente se centra en el crecimiento físico y financiero. Después de todo, uno quiere tener un aspecto atractivo y poseer una inmensa riqueza. No hay nada malo en perseguir estos objetivos, pero el crecimiento espiritual también debería estar en tu lista de deseos. Alimentar la espiritualidad es sorprendentemente fácil, y todo el mundo puede hacerlo adoptando algunos sencillos hábitos de vida. Estas son las mejores prácticas que puedes incorporar a tu vida diaria para impulsar tu crecimiento espiritual.
Formar parte de tu comunidad de fe te permite relacionarte con personas afines que persiguen el mismo objetivo. Podéis rezar juntos, mantener conversaciones sobre el bienestar espiritual y compartir impresiones sobre los logros. Tener personas que persiguen el mismo objetivo te mantiene más dedicado y centrado, al igual que un compañero de entrenamiento te mantiene motivado durante tu viaje de fitness.
Puedes crecer espiritualmente echando una mano a otros que necesitan tu ayuda. Busca una causa que te interese y retribuye a la comunidad. Actos sencillos como acoger a un animal, trabajar en una despensa de alimentos o servir de mentor a un niño de tu barrio pueden convertirte en una mejor persona. Pasar tiempo con alguien que lucha contra el aislamiento es otra forma de marcar la diferencia. Obtienes un sentido de propósito y gratitud, que puede desempeñar un papel importante en el crecimiento de tu espíritu.
Objetivos espirituales
Tuve que empezar a preguntarme eso cada enero para asegurarme de que no terminaba el año en el mismo lugar espiritual en el que estaba cuando empezó el año. Año tras año, puede que no notemos una falta de crecimiento espiritual en nuestras vidas. Pero se sorprendería de lo rápido que pueden pasar diez años sin haber memorizado un versículo más de las Escrituras, sin haber confrontado un pecado habitual en su vida, sin haber compartido el evangelio con un incrédulo, sin haber experimentado un punto en su caminar con Dios que encendió un fuego bajo usted y le hizo vivir de manera diferente.
Supongo que lo que estoy diciendo es que la complacencia espiritual no es nunca una intención, pero demasiado a menudo puede colarse en nuestras vidas sin que nos demos cuenta – una consecuencia trágica de no ser intencionales en nuestro crecimiento espiritual. Comenzamos a preguntarnos cómo crecer espiritualmente porque no nos esforzamos en el crecimiento.
En lugar de hacer “propósitos de año nuevo” cada año, me siento con Dios y establezco algunas metas espirituales para el próximo año para asegurar que durante el tiempo que estoy envejeciendo otro año, físicamente, también estaré envejeciendo otro año, espiritualmente. Quiero asegurarme, también, de que hay fruto en mi vida en lugar de ser una esponja que sigue absorbiendo todo, pero que da poco.
Actividades espirituales
El reto de estos días, en los que los tiempos no son hospitalarios para el crecimiento espiritual, es cómo nutrir, alimentar, sanar, restaurar y renovar el alma. He aquí 21 sugerencias prácticas para construir una vida espiritual más fuerte.
La Biblia dice: “Del corazón de los que creen en mí brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38, margen).* Recuerda que el arroyo de la montaña es el que lleva agua fresca y vivificante, porque fluye. Sin embargo, el pantano es estancado y devorador de vida. Un pantano recoge y retiene el agua que le llega. No seas el tipo de persona que busca acumular mucho antes de permitir que fluya un poco.
Como cristianos debemos dejar que las bendiciones fluyan a través de nosotros y hacia los demás. Cuando acumulamos y ponemos un dique a las bendiciones en nuestras vidas, corremos el peligro de quedarnos espiritualmente estancados, emocionalmente distanciados e intelectualmente cínicos. Resuelve romper el dique y deja que las bendiciones fluyan como un río. La frescura está en el flujo.
Con demasiada frecuencia vamos por la vida ajenos a lo bueno que llega a nuestras vidas. Prueba este ejercicio espiritual durante una semana: Al final del primer día, identifica una bendición que te haya llegado de un miembro de tu familia. Al final del segundo día, una bendición de un vecino. El tercer día, de un amigo. El cuarto día, de un compañero de trabajo. El quinto día, de un desconocido. El sexto día, de un niño. El séptimo día, una bendición procedente de un “enemigo”.