¿Cómo saber si es un mal padre?

¿Cómo saber si es un mal padre?

Ser padre o madre

Una de las tareas más difíciles de conseguir es tener un estilo de crianza bueno y coherente. Hay casos de mala crianza que pueden tener consecuencias duraderas en los niños. La mayoría de los padres utilizan su propia educación como modelo de crianza, lo que no es recomendable debido a la evolución de la sociedad y el entorno social. Está demostrado que ciertas prácticas de crianza son más perjudiciales que beneficiosas para su hijo.

La mala crianza es una serie de acciones que pueden perjudicar gravemente el comportamiento y la psicología del niño. La mala crianza no se limita a un solo acto, sino que es un conjunto de ellos lo que suele contribuir a un efecto perjudicial para el niño. La mayor parte de la mala crianza puede no ser intencionada, pero esto no reduce su impacto negativo en el niño. Algunos padres no son conscientes de las consecuencias de estos actos y algunos ni siquiera se preocupan. La mala crianza puede deberse a que no saben lo suficiente para ser mejores padres o a una falta general de apatía para aprender el camino correcto.

Prueba de paternidad negativa

Este artículo fue escrito por Liana Georgoulis, PsyD. La Dra. Liana Georgoulis es una psicóloga clínica licenciada con más de 10 años de experiencia, y ahora es la directora clínica de Coast Psychological Services en Los Ángeles, California. Ella recibió su Doctorado en Psicología de la Universidad de Pepperdine en 2009. Su práctica proporciona terapia cognitiva conductual y otras terapias basadas en la evidencia para adolescentes, adultos y parejas.

Un padre tóxico es alguien cuyo propio comportamiento negativo causa daño emocional al sentido de sí mismo de sus hijos. Ser un padre tóxico no es un trastorno mental en sí mismo, sin embargo, un padre que es tóxico puede o no estar sufriendo una enfermedad mental. Identificar a un padre tóxico puede ser importante para el bienestar del hijo o hijos de esta persona. Para identificar si alguien es o no un padre tóxico, hay que buscar signos que indiquen que es tóxico. Si su comportamiento sugiere que es tóxico y tú eres su hijo, puedes tomar medidas para aprender a vivir con ese padre. También puedes tomar medidas para lidiar con el comportamiento de un padre tóxico de la mejor manera posible, especialmente si sospechas que puede haber abuso infantil.

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Descuido de los padres

Pensándolo bien, todos somos culpables de “mala crianza” en un momento u otro. Hemos estado enganchados al teléfono, a las redes sociales o a cualquier otro sitio mientras deberíamos haber prestado atención a nuestros hijos. La falta de sueño y el exigente trabajo 24*7 de cuidar a un bebé pueden dejarnos a la mayoría de nosotros agotados más allá de nuestro ingenio, lo que hace difícil centrarse en los niños.

Todos cometemos errores de vez en cuando, y aunque no existe la “crianza perfecta”, hay señales que indican en voz alta que algo no va bien en la forma en que estamos criando a nuestros hijos. La crianza de los hijos es una habilidad que debe practicarse con diligencia: es una de las tareas más difíciles del mundo criar a un niño sin problemas que tenga un equilibrio adecuado de moral, valores y disciplina. Cada niño es diferente, y los padres también. La idea de criar a un niño difiere de un padre a otro.

Como sociedad, generalmente equiparamos la mala crianza con el abuso físico y el abuso sexual. En estas circunstancias, es cierto que hay que buscar ayuda profesional inmediatamente. Sin embargo, los padres también pueden hacer o decir cosas que pueden, incluso sin intención, afectar negativamente a los niños más allá del maltrato y la negligencia. Esto también entra dentro de la mala crianza. Ser capaz de reconocer si estás haciendo alguna de esas cosas te ayudará a una mejor crianza.

Señales de mala crianza

La crianza de los hijos tiene ciertamente sus recompensas, pero también tiene sus retos. A medida que nuestros hijos crecen y luchan por su independencia durante la adolescencia, puede parecer que nos tiran de la manta constantemente. Esto puede influir en cómo nos sentimos con respecto a la crianza de nuestros hijos de varias maneras. Puede hacernos sentir como una mala madre o un mal padre. Puede hacer que nos preguntemos si estamos haciendo lo suficiente, algo que es muy difícil de admitir y de hablar.

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Los adolescentes son conocidos por tener cambios de humor, pero como padres, estamos en nuestra propia montaña rusa emocional. Intentamos dar sentido al mundo cambiante que nos rodea, y lidiar con las preocupaciones financieras y de salud, todo ello mientras intentamos mantener a nuestras familias a salvo. Es como jugar a ambos lados de un partido de fútbol, es agotador.

Todo este estrés se refleja inevitablemente en nuestras relaciones. Mi hija terminó el 12º curso en 2020. Apoyarla y ayudarla a sortear todos los retos a los que ella y sus compañeros se enfrentaban a menudo me hacía plantear la pregunta que tantos padres se hacen: “¿Estoy haciendo lo suficiente?

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