Cómo cambiar mi actitud hacia mi marido
Aunque la mayoría de las personas que ocupan la cima de las organizaciones son hombres, los estudios demuestran que en realidad son las mujeres las que tienen lo necesario para liderar con eficacia. Así que, en lugar de aconsejar a las ejecutivas que actúen más como hombres para salir adelante, la sociedad estaría mejor servida si más líderes masculinos intentaran emular a las mujeres. Hay siete grandes lecciones que pueden aprender del sexo opuesto. No te inclines sin el talento que lo respalde. Conoce tus propias limitaciones. Motivar mediante la transformación. Ponga a su gente por delante de usted. No mandes; empatiza. Céntrese en elevar a los demás. Y sea humilde.
Aunque existe un gran interés público por conseguir que más mujeres se conviertan en líderes, invirtiendo así su infrarrepresentación en las filas del poder, demasiadas soluciones propuestas se basan en la idea errónea de que las mujeres deben emular a los hombres. El pensamiento es el siguiente: “Si los hombres tienen la mayoría de los puestos altos, deben estar haciendo algo bien, así que ¿por qué no hacer que las mujeres actúen como ellos?”.
Pero esta lógica no explica el rendimiento relativamente pésimo de la mayoría de los líderes, que son abrumadoramente masculinos. Como ya hemos argumentado antes, el verdadero problema no es la falta de mujeres competentes, sino la escasez de obstáculos para los hombres incompetentes, lo que explica el exceso de personas demasiado seguras de sí mismas, narcisistas y poco éticas que están al mando.
Cómo afecta la actitud a las relaciones
Los psicólogos sociales han propuesto diversos modelos para explicar la relativa apertura de las personas al cambio de actitud a lo largo del ciclo vital. Dos de los modelos más importantes son el modelo de los años impresionables, que sugiere una apertura al cambio especialmente grande entre los jóvenes, y el modelo de apertura a lo largo de la vida, que sugiere que la edad no está relacionada con la apertura al cambio de actitud. Se llevaron a cabo dos estudios para examinar la apertura al cambio de actitud de personas de distintas edades. En ambos estudios se examinó la influencia de las experiencias personales con los organismos públicos en las actitudes hacia el gobierno. Las actitudes de las personas mayores cambiaron tanto o más en respuesta a sus experiencias personales que las de los jóvenes. Estos resultados apoyan el modelo de apertura a lo largo de la vida del cambio de actitud.
Cómo cambiar tu actitud hacia alguien
Aunque podemos utilizar el término de forma diferente en nuestra vida cotidiana (por ejemplo, “¡Eh, tiene una actitud!”), los psicólogos sociales reservan el término actitud para referirse a nuestra evaluación relativamente duradera de algo, donde el algo se llama objeto de actitud. El objeto de actitud puede ser una persona, un producto o un grupo social (Albarracín, Johnson y Zanna, 2005; Wood, 2000). En esta sección, consideraremos la naturaleza y la fuerza de las actitudes y las condiciones en las que las actitudes predicen mejor nuestros comportamientos.
Cuando decimos que las actitudes son evaluaciones, nos referimos a que implican una preferencia a favor o en contra del objeto de la actitud, tal como se expresa comúnmente en términos como preferir, gustar, no gustar, odiar y amar. Cuando expresamos nuestras actitudes -por ejemplo, cuando decimos “me gusta nadar”, “odio las serpientes” o “quiero a mis padres”- estamos expresando la relación (positiva o negativa) entre el yo y un objeto de actitud. Afirmaciones como éstas dejan claro que las actitudes son una parte importante del autoconcepto.
Mi marido siempre tiene una actitud conmigo
“Tu vida está determinada no tanto por lo que la vida te trae como por la actitud que tú traes a la vida; no tanto por lo que te sucede como por la forma en que tu mente mira lo que sucede”. – Kahlil Gibran
Mi último post, “Deja de intentar cambiar a tu pareja: Cambia tu actitud – Primera parte”, comenzó a centrarse en la multitud de formas en que las actitudes, expectativas e interpretaciones de los comportamientos que traes a las relaciones pueden tener un poderoso impacto en la satisfacción general de la relación. A menudo existe una tendencia natural, cuando algo “se siente mal” o “va mal”, de empezar a mirar hacia los comportamientos y actitudes de su pareja en un intento de dar sentido al sentimiento interno de descontento. Puede ser mucho más difícil examinar sus propios comportamientos, actitudes y expectativas.
Su pareja nunca va a decir o hacer “lo justo” en todos y cada uno de los momentos que usted desea que haga. Es en esos momentos en los que sientes que no se satisface alguna necesidad emocional más profunda, cuando debes mirar primero hacia dentro, hacia ti mismo. Cuando hay un deseo persistente de conectarse externamente con su pareja, esto puede ser experimentado como agotador (para ambos) y resultar en un mayor retraimiento o evasión.