¿Qué son los estilos de dirección de una empresa?

Qué estilo de liderazgo es el mejor

Si consigues un puesto de directivo al principio de tu carrera, puede que te preguntes: ¿cómo puedo convertirme en un buen directivo? En muchas empresas, los directivos deben dirigir un equipo para alcanzar las metas y objetivos de la compañía.

Para alcanzar estos objetivos, los directivos deben adoptar diferentes estilos de gestión para dirigir con éxito un equipo.via GIPHYHay 10 estilos de gestión diferentes que los directivos pueden utilizar para alcanzar estos objetivos. Es posible que te ronden por la cabeza algunas preguntas, como por ejemplo: No se abrume con estas preguntas, ya que estamos preparados para responderlas por usted.

Cuál es mi estilo de liderazgo

En consecuencia, todos tienen diferentes estilos de dirección que les ayudan a dirigir y gestionar un equipo. El estilo que adopten tendrá un profundo impacto en las personas con las que trabajen y en el resultado de sus objetivos.

Algunos son afectuosos y siempre están cerca para proporcionarles los recursos y el apoyo necesarios para hacer las cosas. Otros viven en su propio mundo, empujando y llevando a sus equipos al límite para conseguir resultados. Hay líderes directivos que tienen una mentalidad de “a mi manera o en la carretera”. Y también hay líderes que son demasiado empáticos, comprometiendo a veces el rendimiento.

Los grandes líderes se definen como alguien que tiene una visión clara de cómo deben alcanzarse los objetivos en beneficio de su gente y de la empresa. Deciden escuchar tanto a sus compañeros como a sus subordinados directos para facilitar una mejor toma de decisiones. Siempre están disponibles cuando el equipo los necesita, y son una gran inspiración para hacer avanzar al equipo.

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Un informe de Gallup de 2021 reveló que los directivos son responsables del 70% de las variaciones en el compromiso del equipo. Un mal liderazgo tiene importantes implicaciones negativas para la organización. Puede dar lugar a una baja productividad, a un aumento del estrés de los empleados y a actitudes negativas en el lugar de trabajo.

Estilos de dirección y liderazgo

En su libro Primal Leadership, Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie McKee describen seis estilos de liderazgo emocional. Utilizados en situaciones concretas, cada uno de estos estilos afecta a las motivaciones y comportamientos de las personas de forma diferente. Aprender los pros y los contras de cada estilo -y, lo que es más importante, cuándo utilizar un estilo en lugar de otro- es un paso importante para cualquiera que desee ser un líder empresarial eficaz.

Este tipo de líder toma las riendas y no admite opiniones contrarias: su lema es “a mi manera o en la carretera”. Los ejecutivos que utilizan este estilo de gestión de mando exigen todo el poder y la autoridad y motivan a los empleados con la amenaza de la disciplina. Aunque no es el tipo de estilo de dirección más eficaz (al menos no todo el tiempo), el estilo de dirección de mando es un método habitual para influir en el comportamiento de los empleados.

Una de las ventajas de este estilo es que los líderes mantienen un gran control sobre lo que ocurre en la organización. Sin embargo, a largo plazo, este tipo de estilo de gestión fomenta la falta de autonomía y creatividad entre los empleados, creando un impacto negativo en el ambiente y la cultura dentro del lugar de trabajo.

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3 estilos de liderazgo

Mientras crecía, algunos de mis entrenadores de béisbol eran algunas de las personas más despiadadas y exigentes que he conocido. Utilizaban el miedo para llevar a mi equipo a nuestros límites físicos y emocionales, nos intimidaban con crueles ultimátums y no parecían preocuparse realmente por nosotros como personas. Hacían todo lo posible para ganar, y nos castigaban cuando no lo hacíamos.

Pero al final de mis últimas prácticas, me di cuenta de que nunca había sentido miedo a fracasar en el mundo laboral porque mis jefes eran todo lo contrario a mis entrenadores. Eran pacientes, comprensivos y, sobre todo, amables. Parecía que se preocupaban por mí tanto como por su trabajo, aunque hay mucho más en juego en la oficina que en un campo de béisbol del instituto.

Aunque mis jefes me han tratado bien, todavía hay jefes que son como algunos de mis entrenadores de béisbol: temerosos, intimidantes y mezquinos. Estas tácticas pueden producir resultados a corto plazo, pero, a largo plazo, lo único que consiguen es que los empleados estén descontentos, que los resultados sean poco satisfactorios y que haya una alta tasa de rotación.

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