La enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido
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¿Por qué es mala la leche de vaca?
La palabra EEB es corta, pero representa una enfermedad con un nombre largo, encefalopatía espongiforme bovina. “Bovino” significa que la enfermedad afecta a las vacas, “espongiforme” se refiere a la forma en que el cerebro de una vaca enferma parece esponjoso bajo el microscopio, y “encefalopatía” indica que es una enfermedad del cerebro. La EEB se llama comúnmente “enfermedad de las vacas locas”.
La mayoría de los científicos creen que la EEB está causada por una proteína llamada prión. Por razones que no se entienden del todo, la proteína priónica normal se transforma en una proteína priónica anormal que es perjudicial. El cuerpo de una vaca enferma ni siquiera sabe que el prión anormal está ahí. Sin saberlo, el cuerpo de la vaca no puede luchar contra la enfermedad.
Desde el momento en que una vaca se infecta con el prión anormal hasta que muestra los primeros síntomas de la EEB suelen pasar de cuatro a seis años. Esto se denomina periodo de incubación. Durante el periodo de incubación, no hay forma de saber si una vaca tiene EEB con sólo mirarla. Una vez que la vaca empieza a mostrar los síntomas, se pone cada vez más enferma hasta que muere, normalmente entre dos semanas y seis meses. No hay tratamiento para la EEB ni vacuna para prevenirla.
La enfermedad de las vacas locas en humanos
Cuando las vacas eructan, liberan ráfagas de gas llenas de metano, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor del sol con una eficacia 20 veces superior a la del dióxido de carbono. Ahora, los científicos están estudiando cómo reducir la huella medioambiental de estos eructos.
Cuando las vacas eructan, liberan ráfagas de gas llenas de metano, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor del sol con una eficacia 20 veces superior a la del dióxido de carbono. Ahora los científicos están estudiando cómo reducir la huella medioambiental de estos eructos.
El cambio climático está destruyendo sitios del patrimonio en toda Europa y en todo el mundo. Los investigadores advierten que los antiguos monumentos históricos podrían desaparecer por completo si no se toman medidas rápidas para protegerlos de los daños medioambientales.
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La Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), o comúnmente conocida como la enfermedad de las vacas locas, es el resultado de alimentar a las vacas con sangre, huesos y otra carne no deseada de todo tipo de animales de granja probablemente infectados. A finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, la EEB se propagó en el Reino Unido y luego en otros países a través de la práctica de utilizar proteínas de origen bovino fundidas como ingrediente en la alimentación de las vacas.
En Power Steer, un extenso artículo publicado en el New York Times en 2002, el autor Michael Pollan hizo un relato personal de las prácticas actuales en materia de carne de vacuno, en las que se permite a los cebaderos utilizar proteínas animales no rumiantes como alimento para las vacas. Un ejemplo de proteína animal no rumiante es la harina de plumas de los pollos. Dado que la harina de carne y huesos de bovino se utiliza ahora para alimentar a los pollos, cerdos y peces en lugar de al ganado vacuno, los priones infecciosos podrían seguir llegando al final del ganado si éste está comiendo proteína animal no rumiante procedente de estos animales. En consecuencia, las vacas podrían seguir comiendo vacas muertas, sólo que de forma indirecta. Dado que las estadísticas también sugieren que el 10 por ciento de la harina de carne y huesos de animales se alimenta a las vacas ahora, las vacas en los Estados Unidos también están comiendo otros animales muertos, cambiando esta especie de herbívora a carnívora.
