¿Cómo decir que ya no vas a trabajar?

¿Cómo decir que ya no vas a trabajar?

Rechazar la solicitud de un cliente de forma educada por correo electrónico

Nadie quiere decir “no” a su jefe, pero a veces hay que hacerlo por el bien de la cordura. Sí, técnicamente tu trabajo consiste en hacer lo que te dice tu jefe, pero a veces ni siquiera ellos se dan cuenta de que tienes demasiado trabajo para asumirlo de forma realista, y en estos casos, tienes que ponerte firme. Y en otros casos, es muy probable que sepas hacer tu trabajo lo suficientemente bien como para saber que tu jefe está microgestionando de forma incorrecta o que su forma de actuar no es la más sabia.

Entonces, ¿cómo puedes decir que no sin ofender a tu jefe (o acabar en la oficina de RRHH)? Antes de enviar un correo electrónico o entrar en su despacho, asegúrate de que tu mensaje es firme pero empático y totalmente profesional. Y si puedes, ofrece a tu jefe una sugerencia sobre otra forma de realizar la tarea, ya que te sacará de apuros y te hará parecer un solucionador de problemas eficaz. En definitiva, es posible decir “no” con educación y eficacia. He aquí cómo hacerlo. Y para más consejos sobre el lugar de trabajo, aprende Exactamente cómo pedir un aumento de sueldo.

Ya no trabajo en

Cuando trabajas en una oficina pequeña, puede ser difícil decir “no” a tu jefe, especialmente si tienes una buena relación con él. Al fin y al cabo, no quieres decepcionar a la persona responsable de tu próximo ascenso, lo que puede hacer más difícil evitar decir “sí”.

Sin embargo, no tiene que sentirse culpable ni temeroso al decir “no”. El hecho de que no puedas acudir físicamente al trabajo, por la razón que sea, no te hace menos fiable como empleado. Un jefe razonable y comprensivo lo reconocerá.

  Formación académica para ser profesor de filosofía en España

Por naturaleza, cuando decimos “no” a alguien, sentimos que tenemos que justificarnos. Por eso, si quieres decir “no” al trabajo, probablemente sientas que le debes una razón a tu jefe; pero es importante recordar que no le debes una explicación a nadie.

Es aconsejable que des un poco de contexto (un “no” rotundo puede resultar demasiado contundente, y tu frialdad percibida no te favorecerá a largo plazo), pero evita entrar en demasiada profundidad. Si empiezas a rellenar los pequeños e insignificantes detalles, puede parecer más una excusa que una verdadera razón.

El mayor problema en el trabajo es que nadie te dice lo que tienes que hacer

Aprender a decir que no puede cambiar tu vidaAferrarse a una mentalidad de héroe (“puedo hacerlo todo”) durante demasiado tiempo puede afectar seriamente a tu salud mental y a tu calidad de vida. Asumir más de lo que puedes conseguir de forma realista, sobre todo por parte de clientes o directivos, afectará inevitablemente a tu calidad de trabajo. Puede que acabe por no cumplir lo prometido, y luego se estrese por la carga de trabajo y la posibilidad de no cumplir lo prometido. Una persona no puede aguantar más de la cuenta: no querrás prometer más de la cuenta y luego estallar cuando un amigo o familiar te pregunte por qué no has cumplido una promesa o por qué no has asistido a un evento al que habías dicho que irías.  En el trabajo y en casa, la incapacidad de decir que no puede provocar falta de sueño, malestar emocional y, finalmente, agotamiento. Tampoco se trata sólo de tiempo: Decir que sí a cosas que te hacen sentir estresado, desconcertado o incómodo de alguna manera puede pasar factura a tu salud mental y física.Por otro lado, aprender cuándo decir que no te ayuda a proteger tu energía mental y física, así como tu tiempo. Cuando dices no a las cosas que no te sirven, puedes dar prioridad a tu propio bienestar, descansar lo suficiente, dedicar tiempo a las aficiones que te gustan y disfrutar de la socialización cuando vas a eventos y reuniones a las que quieres decir sí.

  ¿Cómo trabajar en mi esencia?

Cómo decir no con educación

Como autónomo, consultor o propietario de una pequeña empresa, puede resultar tentador decir “sí” a todos los clientes o proyectos que se presentan. Al fin y al cabo, ¿quién sabe cuándo llegará el próximo trabajo? Y, pase lo que pase, al final merecerá la pena… ¿no?

La verdad es que hay muchas razones para decir que no a un cliente o a un proyecto. Tal vez ya tengas demasiadas cosas que hacer. Tal vez el proyecto no sea el más adecuado. Tal vez el cliente sea muy difícil de tratar. Sea cual sea la situación, te vas a encontrar con situaciones en las que te conviene rechazar, y si no dominas el arte de decir que no, esto puede provocar resentimiento, agobio y agotamiento.

Cuando dices que sí a todos los clientes, proyectos y oportunidades que se te presentan, tu calendario se va a llenar, tu lista de tareas va a crecer y, antes de que te des cuenta, vas a estar quemando la vela por los dos extremos.

La cuestión es que cuando aprendes a decir que no educadamente a clientes, proyectos o trabajos que no encajan, dejas espacio para decir “sí” a oportunidades que encajan mejor. Y esas oportunidades harán que el trabajo en tu negocio se sienta más centrado, satisfactorio y manejable.

Relacionadas

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad