Por qué es importante la imaginación en la educación
Los seres humanos tienen un increíble potencial creativo. Nuestra habilidad para crear megaciudades, aviones de dos pisos, curas para cientos de enfermedades, sinfonías y juegos de realidad virtual, entre otros notables inventos, atestigua nuestra capacidad para imaginar posibilidades y hacerlas realidad. Identificamos este potencial humano hace mucho tiempo, cuando llamamos a nuestra propia especie “sapiens”, que significa “sabio”.
Y, sin embargo, es un apelativo que no siempre cumplimos. Por el contrario, es tentador adoptar una visión mucho más sombría de la humanidad. Hoy en día, el cambio climático creado por el ser humano amenaza a la mayoría de las formas de vida en la Tierra; los conflictos violentos por el nacionalismo, la religión y el poder hacen estragos en casi todos los continentes; y los actos diarios de injusticia económica y política se producen tanto en los países ricos como en los pobres. Tenemos guerras, creamos y mantenemos la desigualdad, causamos injusticia e infligimos un sufrimiento innecesario. A veces, parece que la característica que define a la humanidad no es precisamente el ingenio, sino nuestra capacidad de utilizar nuestros instintos creativos para la crueldad.
¿Por qué es importante la imaginación para los adultos?
Aparte de algunos pasajes crípticos de Aristóteles y Kant, la filosofía no ha dicho casi nada sobre la imaginación, y lo que dice parece totalmente desconectado de la creatividad que los artistas y los profanos llaman “imaginativa”.
Aristóteles describió la imaginación como una facultad de los seres humanos (y de la mayoría de los animales) que produce, almacena y recuerda las imágenes que utilizamos en diversas actividades mentales. Incluso nuestro sueño está animado por los sueños de nuestra imaginación involuntaria. Immanuel Kant veía la imaginación como un sintetizador de los sentidos y el entendimiento. Aunque hay muchas diferencias entre las filosofías de Aristóteles y de Kant, éste estaba de acuerdo en que la imaginación es una facultad sintetizadora inconsciente que reúne las percepciones de los sentidos y las une en representaciones coherentes con dimensiones conceptuales universales. La imaginación es una facultad mental que media entre las particularidades de los sentidos -por ejemplo, “colores azules luminosos”- y los universales de nuestro entendimiento conceptual -por ejemplo, el juicio de que “las ventanas azules de América (1977) de Marc Chagall son hermosas”-. La imaginación, según estos filósofos, es un tipo de cognición o, más exactamente, un “proceso de agrupación” previo a la cognición. Su trabajo es inconsciente y prepara el camino para el conocimiento, pero no es lo suficientemente abstracto o lingüístico como para constituir un conocimiento real.
La importancia de la historia de la imaginación
Estas tres palabras evocan una imagen en la mente, tal vez un recuerdo o una experiencia, y despiertan una sensación o una emoción. A través de estas palabras podemos compartir nuestras experiencias vitales, escuchar los recuerdos de los demás o las experiencias de una Navidad dolorosa y congelada. Y al compartir, nos conectamos.
Hace poco me llamó la atención un artículo sobre Ai-Da, el primer robot que produce e interpreta poesía escrita por sus propios algoritmos de AL. Ai-Da tiene previsto actuar los viernes por la noche en el Museo Ashmolean de Oxford. Sí, se trata de una tecnología impresionante, pero en un mundo cada vez más tecnificado y digitalizado debemos insistir en que la calidad de imagen de los seres humanos ofrece al mundo más de lo que la robótica podrá ofrecer.
Ser humano implica algo más que una sofisticada serie de transacciones 2D de palabras, definiciones y proposiciones. Como criaturas portadoras de imágenes, estamos dotados de imaginación para experimentar la vida en 3D, para percibir la vida más allá de las palabras y para vislumbrar y captar el significado y las experiencias más verdaderas, plenas y profundas de la vida en nuestro mundo.
Por qué es importante la imaginación para un niño
La capacidad de imaginar cosas impregna toda nuestra existencia. Influye en todo lo que hacemos, pensamos y creamos. Da lugar a elaboradas teorías, sueños e inventos en cualquier profesión, desde el ámbito académico hasta la ingeniería y las artes. En definitiva, la imaginación influye en todo lo que hacemos, independientemente de nuestra profesión.
¿Cómo mejoraría tu vida personal y profesionalmente si activaras tu cerebro de formas que no has hecho antes? ¿Imagina que pudiera incorporar esta inteligencia superior a su conciencia diaria? ¿Cuánto más satisfactoria y enriquecida sería tu vida? Imagínate.
No hay nada infantil ni vergonzoso en hacer de la imaginación una parte vital de tus competencias de liderazgo. Cuanto más utilice su imaginación, más fuerte será su “músculo de la imaginación”. Se sorprenderá gratamente cuando utilice esta capacidad y aproveche esta rica fuente de infinitas posibilidades.
Los conocimientos de ayer no son suficientes. La imaginación es esencial para cualquier persona, especialmente para los líderes, que no sólo tienen que guiar a la gente hacia el futuro, sino que tienen que prever los retos aún no conocidos que esperan a la humanidad.