¿Qué tan bueno es el egoísmo?

¿Qué tan bueno es el egoísmo?

Señales de una persona egoísta

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La palabra “egoísta” suele evocar connotaciones negativas y, en muchos casos, es mejor alejarse del comportamiento egocéntrico. Al mismo tiempo, hay numerosos casos que nos llaman a mirar hacia dentro y priorizarnos a nosotros mismos por encima de los que nos rodean.

“Si dedicamos constantemente nuestro tiempo y energía a los demás sin dedicarnos tiempo y energía a nosotros mismos, corremos el riesgo de quedar tan agotados que ponemos en peligro nuestra salud física, mental y emocional”, explica la terapeuta Michelle Felder, LCSW.

Es más, evitar el autocuidado también puede hacer que perdamos de vista nuestras propias necesidades y hace más difícil dar a los que más nos importan. Felder dice que si queremos ofrecer paciencia, compasión, amabilidad y calidez a los demás, primero debemos mostrarnos a nosotros mismos.

¿Soy egoísta?

Sí, todos los actos que realizas son egoístas, incluso si tienen fines altruistas. Si ayudas a una persona sin hogar dándole dinero o donando dinero a una organización benéfica puedes decir que es altruista, pero probablemente te sientas bien al hacerlo. Por lo que tal vez volverías a hacer tal acción porque te hace tener un beneficio, es decir, sentirte bien en lugar de mal. Así que a menos que puedas encontrar un ejemplo en el que hagas algo que beneficie a otra persona y que no te dé algún tipo de beneficio, entonces podemos decir que todas las acciones sobre otros son de alguna manera egoístas.

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Si hay anhelo o expectativas de cualquier acción entonces es ego. El ego se crea o se observa siempre que hay un resultado de las acciones. Supongamos que al jugar al ping pong la naturaleza del jugador es anotar cada vez y ganar el juego. En cambio, jugar el juego sin intención sería más alegre que la sensación de felicidad por ganar el juego. La felicidad y la tristeza son parte del ego. Otro ejemplo es la preparación de los exámenes para obtener buenas notas, que desvía la atención de la comprensión de las materias para obtener una buena puntuación en los exámenes. La esencia de jugar al ping pong es la alegría, mientras que la de los exámenes es saber lo bien que se entienden las asignaturas. El propósito siempre tiene que ser permanecer en un estado mental estable, entonces las acciones se hacen automáticamente, sin saber o etiquetarlas como buenas o malas.

Por qué debemos ser egoístas

El egoísmo y el desinterés son dos caras de la misma moneda. Como nos enseña la antigua religión taoísta de China, no existe algo completamente bueno o algo completamente malo. No puede haber oscuridad sin luz, como no puede haber calor sin frío. Lo mismo ocurre con el egoísmo y el desinterés. En este blog, veremos los beneficios de ser egoísta y cómo puede ser un elemento positivo para el crecimiento personal y conducir al éxito.

Todas las personas que han vivido han sido egoístas y desinteresadas al mismo tiempo. Algunos de nosotros podemos ser egoístas con nuestras posesiones materiales, mientras que otros pueden ser egoístas cuando se trata de compartir sentimientos o abrirse a los demás. Es lógico que en el mundo actual ninguna persona totalmente desinteresada pueda sobrevivir. La gente se aprovecharía hasta que no quedara nada más que dar.

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Por supuesto, esto tampoco significa que debamos ser totalmente egoístas porque, en cierto sentido, acabaríamos en el mismo lugar. Necesitamos tener ambas cosas para sobrevivir y hacer del mundo un lugar mejor. Cuando se trata de sobrevivir, el egoísmo es vital, pero cuando hablamos de nuestra vida personal, el desinterés es crucial.

Costes y beneficios de la motivación social del egoísmo y la alteridad

Ser egoísta es estar centrado en uno mismo. Hay grados de egoísmo. En un extremo están los narcisistas, los sociópatas y esa persona con la que saliste en el instituto que resultó ser un lunático. En este extremo se encuentran las personas que son psicológicamente incapaces de pensar en nadie ni en nada más que en sí mismas. No hablaremos de ellos aquí.

En el otro extremo están las personas que dan y dan y dan porque están obsesionadas con ayudar. Esto también es una patología. Negar tus propias necesidades básicas para servir a los demás es problemático y puede ser tan peligroso a su manera como el egoísmo en el otro extremo. Estas personas tampoco participarán en el resto del debate.

La amplia zona intermedia del espectro implica velar por los propios intereses ante todo, pero sólo durante un periodo de tiempo concreto o sólo con respecto a determinadas necesidades y deseos. A veces ese enfoque es correcto y bueno. A veces es erróneo e incluso puede ser malo. Este es el punto dulce del resto de la columna.

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