Cómo hablar con Dios y escucharlo
Hablar con Dios implica una relación muy espiritual, personal y a menudo privada. Con tantas religiones y opiniones populares sobre la relación con Dios, averiguar cómo se debe hablar con Dios puede parecer complicado. Pero no tiene por qué serlo. La forma en que elijas conectarte y hablar con Dios se reducirá simplemente a lo que te parezca correcto. No importa su preferencia espiritual o religión, aprender a comunicarse efectivamente con Dios puede lograrse con los siguientes consejos.
Resumen del artículoNo hay una forma incorrecta de hablar con Dios, pero una manera fácil de empezar es hablando como si una persona física estuviera de pie frente a ti. Cuéntele a Dios sus problemas diarios, sus pensamientos, sus esperanzas y sus sueños. ¿Alguna vez te ha sorprendido un hermoso día? Agradece a Dios el regalo de la naturaleza y di cómo piensas disfrutar de la bendición. También puedes hablar con Dios cuando estés pasando por dificultades. Por ejemplo, si tienes una relación difícil con un miembro de la familia, puedes decir “Odio que mi madre y yo no nos llevemos bien. Ayúdame a ser paciente y comprensivo con ella”. Aunque es probable que no obtengas una respuesta audible de tu conversación, presta atención a la posible retroalimentación a través de una inspiración o situación. Por ejemplo, puedes recibir una respuesta mientras escuchas un sermón que se relaciona directamente con lo que hablaste con Dios. Para más consejos, como por ejemplo cómo hablar con Dios a través de la escritura, ¡sigue leyendo!
Cómo hablar con Dios
Versículo bíblico diario: Juan 7:38’El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva’- El Señor quiere que estés vivo de adentro hacia afuera.- Él quiere que Su vida, la vida de Dios, esté viva dentro de ti.- Al creer en Él, esta vida puede comenzar a fluir como un río.- Su agua viva puede venir y traer nueva vida a tu corazón y a tu alma.Oración: Señor, te pido que tu agua viva comience a fluir de nuevo en mi vida. Que pueda conocer ese flujo vivificante, que viene de Ti, fluyendo a través de mi propio ser. Amén.
Cómo acercarse a Dios
Piensa en tu relación con tu mejor amigo: hablas con él, escuchas lo que tiene que decir y disfrutas pasando tiempo juntos. Para que esa relación crezca y sea sana se necesita comunicación. Lo mismo ocurre con tu relación con Dios. Necesitas hablar con Él. La oración te acercará a Él a medida que le confíes tu corazón.
Jesús enseñó a sus seguidores a orar constantemente. Jesús dijo: “Seguid pidiendo y recibiréis lo que pedís. Sigan buscando y encontrarán. Seguid llamando y se os abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe. Todo el que busca, encuentra. Y a todo el que llama, se le abre la puerta”. (Lucas 11:9-10).
Muchos sienten que tienen que rezar palabras recitadas o memorizadas. Esto está bien, pero tu vida de oración puede ser mucho más profunda. Dios quiere escuchar directamente de ti. Dile lo que hay en tu corazón. Puedes hablar con Dios como lo harías con un mejor amigo.
Toda la Biblia está llena de estímulos para orar: “Reza cuando estés enfermo”. “Reza cuando necesites ayuda”. “Reza por la paz”. “Reza para confesar tus pecados”. ¿Por qué se nos dice que recemos tanto? Es porque Dios quiere responder a nuestras peticiones.
Cómo escuchar la voz de Dios
QUERIDO PADRE: Estaba leyendo un libro espiritual sobre la oración personal, y en el libro se habla de cómo entrar en un estado de meditación y simplemente hablar con Dios. Tengo una mente errante y me resulta muy difícil entrar en un estado de meditación. A lo largo del día, cuando estoy solo, hablo conmigo mismo, tanto en mi mente como a veces en voz alta. Hablo de los problemas de mi vida, de cómo me siento con las cosas que pasan, de por qué soy como soy, de por qué lucho con las cosas que pasan en mi vida, de los eventos y planes futuros… etc. Cuando hago esto, ¿estoy hablando con Dios? ¿Podría ser esto una “conversación con Cristo”? -DESEANDO UNA RELACIÓN CON DIOS
QUERER UNA RELACIÓN CON DIOS: Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a rezar, les enseñó el Padre Nuestro. Jesús ve la oración como una elevación de nuestras mentes y corazones a Dios de una manera amorosa y confiada. En la oración, como en todas las cosas buenas, Dios siempre da el primer paso. Él nos inspira el deseo de orar, ya sea en el secreto de nuestra habitación, en una iglesia o fuera de ella. Respondemos a la iniciativa de Dios rezando. Por eso debemos empezar siempre con un acto de agradecimiento a Dios por invitarnos a entrar en su presencia.