Mi hijo adolescente fracasa en la escuela y no le importa
CENTRO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL PARA ADOLESCENTES TRASTORNADOS La mayoría de los padres de adolescentes han escuchado en algún momento a sus hijos expresar cosas como: “Da igual, nada importa realmente” o “No me importa”. Pero cuando esa actitud apática es la respuesta constante, es hora de que los padres intervengan.
A veces, una simple reorientación de la atención o una reducción de las cargas que el adolescente lleva consigo puede ayudarle a superar sus sentimientos de apatía. Sin embargo, si su adolescente ha estado luchando con la apatía, y nada parece ayudar, puede ser el momento de considerar un internado terapéutico para ayudar a su adolescente a reconectar con sus sentimientos.
Puede ser fácil culpar a cosas como las redes sociales por hacer que los adolescentes estén más desconectados y apáticos. Si bien el exceso de medios sociales puede contribuir a la apatía, las raíces emocionales de la apatía son los aspectos importantes que deben abordarse.
Considere esto: suponga que tiene un adolescente mayor que llegará a la edad adulta en un par de años. Su adolescente puede sentirse abrumado y como si necesitara tener toda su vida planificada. Por eso, entra en las redes sociales para desestresarse, sólo para ver publicaciones de personas de su edad que parecen tener todo planeado sin esfuerzo. No importa que sepas que la gente tiende a mostrar sólo su mejor cara en las redes sociales. Los adolescentes no tienen la experiencia y la distancia necesarias para comprender que lo que ven no es necesariamente real.
Estadísticas sobre la apatía de los adolescentes
La apatía puede adoptar diferentes formas, según el individuo y sus circunstancias. La apatía se presenta como una disminución del interés en varios aspectos de la vida cotidiana. Esto puede incluir las tareas diarias y también las actividades sociales. Puede identificarse en diversos grados en aquellos que no están luchando con su salud mental, pero también puede ser un síntoma de varias condiciones de salud mental, incluyendo la depresión.
Es importante recordar que la apatía puede ser a menudo un síntoma de depresión, pero son dos preocupaciones distintas. En realidad, la mayoría de nosotros experimentamos apatía de vez en cuando. Se convierte en una preocupación cuando la apatía es persistente y comienza a impactar en varias áreas de la vida.
Si su hijo adolescente se ha transformado en un individuo apático que muestra poco o ningún interés en todo lo que sucede a su alrededor, es una buena idea que le haga una evaluación de salud mental. Un profesional de la salud mental podrá determinar si su adolescente está luchando contra la ansiedad, la depresión o algo totalmente distinto que puede estar contribuyendo a su apatía.
Adolescente descuidado
Los padres deben expresar un amor incondicional y prestar una atención genuina a sus adolescentes para que cultiven la fe y el carácter para toda la vida. Se trata de presionar el corazón de su adolescente, y superar la lucha emocional que a menudo se produce en esta fase del crecimiento.
Rob y Amy Rienow se casaron en 1994 y han sido bendecidos con siete hijos. Ellos creen que su ministerio más importante es amar y guiar a sus hijos a amar y seguir a Jesús. A través de Visionary Family Ministries (www.VisionaryFam.com) ofrecen recursos basados en la Biblia para las familias junto con conferencias sobre el matrimonio y la crianza de los hijos para las iglesias de todo el mundo. También son coautores de Visionary Marriage, que anima a las parejas a perseguir el propósito del Reino para su matrimonio y su familia.
Actitud de adolescente no me importa
Los padres que desarrollan una actitud apática hacia la vida no sólo se perjudican a sí mismos, sino que corren el riesgo de transmitir esta actitud a sus hijos. Los niños que se encuentran en esta situación pueden preguntarse con razón: “Si a mis padres no les importa, ¿por qué debería importarme a mí?”. Una vez que esta mentalidad se arraiga, resulta muy difícil de romper, tanto en casa como en la escuela. Por eso los padres deben asegurarse de que, desde una edad temprana, ofrecen un modelo positivo a sus hijos, para animarles a seguir interesados, comprometidos y entusiasmados con la vida y el aprendizaje.
Casi todos los niños, independientemente de su edad, pueden pasar por períodos de apatía y esto puede manifestarse de muchas maneras diferentes. A veces puede parecer pereza o lentitud, pero se pasa rápidamente cuando el niño hace nuevos amigos o pasa a un nivel superior (en lectura o matemáticas, por ejemplo). En otros casos más graves y a largo plazo, puede pasar de una actitud de “despreocupación” a la depresión o incluso la desesperación, y requerirá ayuda profesional tanto para los padres como para el niño.