¿Cómo se logra el bien según Sócrates?

¿Cómo se logra el bien según Sócrates?

La idea del buen extracto de la república

A través de los textos éticos antiguos se puede ver cómo surgieron la naturaleza humana y las normas morales. La teología menfita (4.2.1) sugiere que la cultura egipcia, alrededor del año 700 a.C., desarrolló temas e influencias que iniciaron la evolución de la ética occidental. La teología menfita se refiere al mito de la creación de Ptah, el dios creador, responsable de la creación de toda la existencia del universo. Durante su creación, “se hicieron los principios vitales masculinos y se establecieron los femeninos”, lo que significa que a través de las experiencias de la vida cotidiana surgieron una serie de éticas y creencias que acabaron convirtiéndose en la norma (4.2.1). Se dice que “quienes hicieron todo el sustento y toda ofrenda, mediante esa palabra que hace lo que se ama y lo que se odia” (4.2.1). La sociedad de la época del antiguo Egipto sugiere que la gente determinaba qué principios de vida eran buenos y cuáles eran malos, dándose ideas de lo que era correcto e incorrecto, junto con el tema del bien contra el mal. Los antiguos egipcios también creían en el karma bueno y malo, “así se le ha dado la vida al que tiene calma y la muerte al que tiene maldad” (4.2.1).

En el mundo del conocimiento la idea del bien

“Forma del Bien”, o más literalmente “la idea del bien” (ἡ τοῦ ἀγαθοῦ ἰδέα) es un concepto de la filosofía de Platón. La definición del Bien es una Forma perfecta, eterna e inmutable, que existe fuera del espacio y del tiempo.

Las primeras referencias que se ven en La República a la Forma del Bien están dentro de la conversación entre Glaucón y Sócrates (454 c-d). Al tratar de responder a estas difíciles cuestiones relativas a la definición de la justicia, Platón identifica que no debemos “introducir toda forma de diferencia y semejanza en la naturaleza”, sino que debemos centrarnos en “la única forma de semejanza y diferencia que era relevante para los modos de vida particulares”, que es la forma del Bien. Esta forma es la base para entender todas las demás formas, es lo que nos permite entender todo lo demás. A través de la conversación entre Sócrates y Glaucón (508 a-c), Platón analogiza la forma del Bien con el sol, ya que es lo que nos permite ver las cosas. Aquí, Platón describe cómo el sol permite ver. Pero hace una distinción muy importante, “el sol no es la vista” sino que es “la causa de la vista misma”. Así como el sol está en el reino visible, la forma del Bien está en el reino inteligible. Es “lo que da la verdad a las cosas conocidas y el poder de conocer al conocedor”. No sólo es la “causa del conocimiento y de la verdad, sino que también es objeto de conocimiento”.

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Conocer el bien es hacer el bien significado

Hoy en día vivimos en un mundo tan lleno de imágenes y sonidos que resulta casi abrumador. Con la irrupción de Internet y sus repercusiones globales, nuestras vidas están dictadas por nuestra capacidad o incapacidad para aprovechar las nuevas innovaciones que se han apoderado de nuestro planeta. Nuestra base de información, sobre todo en el siglo XX, se construye a partir de nuestro uso de las observaciones sensoriales para conocer toda una serie de nuevos materiales que ahora son posibles; lo hacen los telescopios superpotentes, los ordenadores, los equipos de diagnóstico y los microscopios tridimensionales que están conectados a dispositivos de realidad virtual que permiten a los científicos caminar entre las células y a través de las arterias del cuerpo. Los teléfonos permiten ahora ver a la persona con la que se habla en una pantalla. ¿Quién iba a pensar que, mientras crecíamos viendo al capitán Kirk mirando a su interlocutor en una gran pantalla, un día tendríamos también la misma tecnología en nuestros hogares? Yo no. Inventos como éste siguen abriendo nuestros ojos y nuestros oídos, y utilizan nuestro sentido del tacto para descubrir dimensiones que la mayoría de nosotros nunca soñó: nos ayudan a descubrir el conocimiento, incluso la sabiduría, de formas innovadoras.

¿Por qué dice Sócrates que el conocimiento, la virtud y la sabiduría son lo mismo?

Sócrates no escribió nada. Todas nuestras autoridades conocidas, Aristófanes, Platón, Jenofonte y Aristóteles, están de acuerdo en que Sócrates estaba desilusionado con los métodos y resultados de la investigación física y, por lo tanto, nunca discutió los orígenes del mundo. El propio Sócrates, dice Jenofonte, sólo discutía las preocupaciones humanas, lo que hace a los hombres buenos como individuos o como ciudadanos. El conocimiento en este campo era la condición de un carácter libre y noble; la ignorancia no dejaba al hombre mejor que un esclavo.

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Sócrates rechazaba la especulación sobre la Naturaleza por dos razones: era inútil y era dogmática. Por inútil Sócrates entendía inútil para lo que le parecía la preocupación principal y propia del hombre: el conocimiento de sí mismo. Si no puedo conocer los comienzos de la vida en el pasado no registrado, puedo, pensaba Sócrates, conocer el final de la vida aquí y ahora. Era dogmático porque los jónicos habían descrito el origen del mundo como si hubieran estado allí. Estos relatos sobre la naturaleza de las cosas eran especulaciones sin pruebas. Esto muestra una característica clave de la naturaleza de Sócrates como es su claro sentido de lo que se puede, y lo que no, conocer, y los problemas de pretender un conocimiento cuyos fundamentos nunca han sido examinados.

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