Puntos fuertes del niño en la escuela
Nada me ha resultado más desconcertante en mis cuarenta y cinco años como educador que preguntar a un padre o a un profesor: “¿Cuáles son los puntos fuertes de su hijo (o adolescente)?” y que respondan: “No tiene ninguno”. De hecho, he escuchado esto varias veces en mi carrera. Fueron estas respuestas las que me motivaron a idear un inventario de puntos fuertes tan completo que cualquier padre o profesor pudiera revisarlo y tener la seguridad de que encontraría al menos algunos puntos fuertes para sus hijos.
El siguiente es un inventario de 165 elementos. Revise esta lista y marque cualquier elemento que se aplique a su hijo/adolescente. Puede que incluso quiera repasarla con ellos (a veces un niño o adolescente conoce sus puntos fuertes mejor que los adultos que le rodean). En cualquier caso, asegúrese de comunicar a su hijo/adolescente con regularidad las cosas que hace bien. Al fin y al cabo, los puntos fuertes -y no las dificultades- determinarán su éxito final en el mundo.
Para obtener más información sobre cómo descubrir los puntos fuertes de los alumnos, especialmente los que tienen necesidades especiales, consulte mi libro (del que se ha adaptado este inventario) Neurodiversidad en el aula: Estrategias basadas en los puntos fuertes para ayudar a los alumnos con necesidades especiales a tener éxito en la escuela y en la vida.
Fortalezas emocionales de un niño
Como educadores, cuando nos comunicamos con los padres (a través de la comunicación verbal o no verbal), habrá momentos en los que tendremos que hablar de problemas o preocupaciones que puedan surgir. Durante este tiempo, es posible que utilicemos frases negativas para describir los rasgos de comportamiento o de personalidad del niño (debilidades) que pueda estar mostrando. Sin embargo, estas debilidades son fortalezas ocultas que forman la personalidad y las habilidades únicas del niño.
Algunos rasgos de comportamiento o de personalidad de los niños pueden considerarse molestos y fastidiosos de tratar. Sin embargo, verlos desde un punto de vista más positivo puede ayudarle a convertir la debilidad del niño en una fortaleza y a entender cómo apoyar mejor el desarrollo emocional general del niño y su autoestima.
A continuación se presenta una lista de rasgos negativos (debilidades) que puede mostrar un niño y que es necesario comunicar a los padres para resolver cuestiones como los problemas de comportamiento. En lugar de enumerarlos como algo negativo, deberíamos aceptar estos rasgos específicos como una fortaleza y apoyar al niño en su sentido de sí mismo. Aquí están las debilidades convertidas en fortalezas.
Ejemplos de fortalezas conductuales y emocionales
Steven Spielberg es disléxico pero no lo sabía de niño. Tuvo dificultades en la escuela y se quedó atrás académicamente, pero descubrió que podía comunicarse a través de las películas en lugar de con palabras en una página. Su talento para compartir historias y tocar la imaginación y los corazones de la gente a través del cine nació, en parte, de su dislexia. El amor de sus padres y su apoyo a sus pasiones son factores clave de su éxito.
Tim Howard ha tenido una carrera estelar como portero profesional en la Copa del Mundo de Fútbol de EE.UU., así como en el club Everton del Reino Unido y en el Manchester United (jugó con David Beckham). Tuvo que enfrentarse a muchos retos al crecer con el TOC y el síndrome de Tourette, pero no impidieron su increíble carrera. Mientras que la mayoría de los niños se aburren con los entrenamientos de fútbol y se dan por vencidos, Howard se convirtió en un portero de fama internacional aprovechando las características de su trastorno, como la hiperconcentración, la profunda pasión y una asombrosa capacidad para seguir el balón y no distraerse con los jugadores o los aficionados.
Puntos fuertes y débiles del comportamiento
Criar a un niño con problemas de aprendizaje y atención suele implicar centrarse en cuestiones de remediación o adaptación. Básicamente, cómo mejorar las cosas. O bien, cómo afrontar o gestionar determinadas situaciones.
Es una forma de pensar orientada a los problemas. Y ciertamente tiene su valor. En la medida en que los problemas puedan ser resueltos, deben serlo. Pero centrarse en las áreas problemáticas percibidas no debería ser el principio, el medio y el final de la definición de la vida de alguien.
También hay que buscar y cultivar las cosas buenas que ya están ahí, aunque todavía no se vean. Los puntos fuertes, los intereses y los talentos de un niño pueden sentar las bases de una vida productiva y alegre. Además, centrarse en los puntos fuertes de su hijo y cultivarlos le ayudará a reforzar su autoestima. Algo que a menudo se lleva muchos golpes para un niño con problemas de aprendizaje y atención.
A veces puede ser todo un reto identificar las cualidades positivas de tu hijo. A menudo es más fácil ver lo negativo antes que lo positivo. Además, nuestra sociedad define los puntos fuertes de forma muy limitada. Esto puede llevar a muchos niños con TDAH y/u otros problemas de aprendizaje y atención a sentir que no tienen ningún punto fuerte.