Ensayo de autoconciencia
Antes de lanzarse a desarrollar el autoconocimiento, conviene saber qué es éste. La autoconciencia puede definirse de muchas maneras, ya que es personal y subjetiva. Por ahora definiremos la autoconciencia como la clara percepción de uno mismo, incluyendo los pensamientos en la mente, las emociones, la fisiología y los comportamientos. El término crítico aquí es “percepción clara”. No se trata de la descripción que hace de ti tu Crítico Interior, ni de la descripción que hace de ti tu víctima mental o persona del ego. Estas voces de tu mente son sólo dos formas en las que tu clara percepción puede ser empañada e interferir con la Autoconciencia. A medida que aumentas la autoconciencia te separas de estas voces en tu cabeza y les crees menos. De esta manera, la autoconciencia está relacionada con la conciencia expandida o aumentada.
La autoconciencia cambia la relación con tus pensamientos y tu mente. La brecha entre tener un pensamiento y ser capaz de elegir no creerlo es un aspecto de la autoconciencia. La autoconciencia es un estado de percepción y tiene que ver con cómo ves y sientes las cosas internamente. Ser consciente de tus pensamientos y emociones desde un estado de observador consciente mientras suceden es un grado de conciencia. Algunas personas tienen pensamientos y pueden pensar sobre su pensamiento. Esto se denomina “meta-pensamiento”. Este es un nivel de conciencia. Significa que pueden observar su pensamiento, analizarlo, ver las limitaciones de los supuestos, ser escépticos y considerar perspectivas alternativas.
Significado de la autoconciencia
¿Quiere ser más feliz, tener más influencia, tomar mejores decisiones y ser un líder más eficaz? Entonces, el autoconocimiento es el músculo más importante que debe desarrollar. Es lo que te mantendrá en el objetivo de ser la mejor versión de ti mismo y el mejor líder que puedas ser.
“La autoconciencia es la capacidad de centrarse en uno mismo y en cómo sus acciones, pensamientos o emociones se alinean o no con sus normas internas. Si eres muy consciente de ti mismo, puedes evaluarte objetivamente, gestionar tus emociones, alinear tu comportamiento con tus valores y entender correctamente cómo te perciben los demás.”
Es una habilidad poco común, ya que muchos de nosotros entramos en una espiral de interpretaciones de nuestras circunstancias basadas en las emociones. Desarrollar la autoconciencia es importante porque permite a los líderes evaluar su crecimiento y eficacia y cambiar de rumbo cuando sea necesario.
Aunque este tipo de conciencia tiene sus ventajas, también existe el peligro de caer en la autoconciencia. Los que tienen un alto nivel de conciencia de sí mismos pueden pasar demasiado tiempo preocupados por lo que los demás piensan de ellos.
Conciencia de sí mismo en el trabajo
En la filosofía del yo, la autoconciencia es la experiencia de la propia personalidad o individualidad[1][2] No debe confundirse con la conciencia en el sentido de qualia. Mientras que la conciencia es ser consciente del entorno, el cuerpo y el estilo de vida, la autoconciencia es el reconocimiento de esa conciencia[3]. La autoconciencia es la forma en que un individuo conoce y comprende conscientemente su propio carácter, sentimientos, motivos y deseos. Hay dos grandes categorías de autoconciencia: la autoconciencia interna y la autoconciencia externa[4].
Este microensayo sobre Ramachandran, más que el conjunto del campo, se basa en gran medida o totalmente en una sola fuente. La discusión pertinente puede encontrarse en la página de discusión. Por favor, ayude a mejorar este artículo introduciendo citas a fuentes adicionales.Buscar fuentes: “Autoconciencia” – noticias – periódicos – libros – académico – JSTOR (julio de 2016)
Existen preguntas sobre qué parte del cerebro nos permite ser autoconscientes y cómo estamos programados biológicamente para serlo. V.S. Ramachandran ha especulado que las neuronas espejo pueden proporcionar la base neurológica de la autoconciencia humana[5] En un ensayo escrito para la Edge Foundation en 2009, Ramachandran dio la siguiente explicación de su teoría: “… También especulé que estas neuronas no solo pueden ayudar a simular el comportamiento de otras personas, sino que pueden volverse ‘hacia dentro’ -por así decirlo- para crear representaciones de segundo orden o metarrepresentaciones de tus propios procesos cerebrales anteriores. Esta podría ser la base neural de la introspección y de la reciprocidad de la conciencia de sí mismo y de los demás. Evidentemente, la cuestión del huevo o la gallina es saber qué evolucionó primero, pero… El punto principal es que ambos evolucionaron conjuntamente, enriqueciéndose mutuamente para crear la representación madura del yo que caracteriza a los humanos modernos”[6].
Cinco consejos para mejorar el conocimiento de uno mismo
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La autoconciencia implica ser consciente de los diferentes aspectos del yo, incluyendo rasgos, comportamientos y sentimientos. Esencialmente, es un estado psicológico en el que uno mismo se convierte en el centro de atención.
La autoconciencia es uno de los primeros componentes del autoconcepto que surge. Aunque la conciencia de sí mismo es algo central en lo que uno es, no es algo en lo que uno se concentre agudamente en cada momento de cada día. En cambio, la conciencia de sí mismo se entreteje en el tejido de lo que uno es y emerge en diferentes momentos dependiendo de la situación y de la personalidad.
Los bebés tienen conciencia de que son un ser distinto de los demás, lo que se pone de manifiesto en comportamientos como el reflejo de enraizamiento, en el que un bebé busca el pezón cuando algo le roza la cara. Los investigadores también han descubierto que incluso los recién nacidos son capaces de diferenciar el tacto propio del ajeno.