Poner excusas para todo
La codependencia es un comportamiento aprendido que puede transmitirse de una generación a otra. Es una condición emocional y de comportamiento que afecta a la capacidad de un individuo para tener una relación sana y mutuamente satisfactoria. También se conoce como “adicción a las relaciones” porque las personas con codependencia suelen establecer o mantener relaciones unilaterales, emocionalmente destructivas y/o abusivas. El trastorno se identificó por primera vez hace unos diez años como resultado de años de estudio de las relaciones interpersonales en familias de alcohólicos. El comportamiento codependiente se aprende observando e imitando a otros miembros de la familia que muestran este tipo de comportamiento.
La codependencia suele afectar al cónyuge, a uno de los padres, a un hermano, a un amigo o a un compañero de trabajo de una persona afectada por la dependencia del alcohol o de las drogas. Originalmente, codependiente era un término que se utilizaba para describir a los compañeros de la dependencia química, personas que vivían o tenían una relación con una persona adicta. Se han observado patrones similares en personas que mantienen relaciones con enfermos crónicos o mentales. Hoy, sin embargo, el término se ha ampliado para describir a cualquier persona codependiente de cualquier familia disfuncional.
Psicología de las excusas
Cuando te encuentras en una llamada telefónica de la que quieres salir, hay una variedad de excusas que puedes utilizar para hacerlo. Aunque mentir nunca es bueno, a veces está bien mentir un poco para salir de una llamada telefónica cuando no es el momento adecuado para hablar. Las formas más fáciles de hacerlo son utilizar excusas situadas o relacionadas con el teléfono para terminar la conversación o posponerla para más tarde. Recuerda que siempre debes cumplir tu palabra y devolver la llamada si dices que lo vas a hacer.
Resumen del artículoXSi necesitas inventar una excusa para colgar el teléfono, di que tienes una llamada entrante en la otra línea. Por ejemplo, puedes decir “Tengo otra llamada. Tengo que irme”. También puedes arrugar un papel cerca del teléfono para fingir que tienes mala recepción. Di algo como “Lo siento, no te oigo. Tendré que llamarte más tarde”. También puedes decir algo sencillo, como “Ha surgido algo. Tengo que irme”, sin dar detalles concretos. Para saber cómo hacer que las conversaciones telefónicas sean breves, desplázate hacia abajo.
Una persona que está llena de citas de excusas
En lugar de caer en una discusión, nos centramos en hacer que los niños asuman su responsabilidad. A veces pillábamos a los niños en el acto de salir a escondidas por la noche, y aún así intentaban decirnos que no era culpa suya.
Los juegos de rol también pueden ser útiles. Durante el juego de roles, puedes practicar lo que pueden hacer la próxima vez. Puedes darles las palabras que deben utilizar y las acciones que deben realizar. El juego de roles es una herramienta poderosa para cambiar el comportamiento. Puedes pensar en ello como una forma de ensayar lo que tu hijo hará la próxima vez que se enfrente inevitablemente a una situación similar.
“Cuando llegué a casa del trabajo esta noche, estaba de mal humor. Podría haberlo manejado mejor. No necesitaba gritar. Lo siento. La próxima vez me tomaré un tiempo para relajarme antes de entrar por la puerta después de un mal día”.
Comprométase con el proceso de desafiar las excusas y el pensamiento erróneo de su hijo. El hecho de que pueda pasar de la excusa al comportamiento una vez no significa que el comportamiento vaya a cesar o que su hijo no vaya a encontrar otra forma de desviar la atención o cambiar de tema. Sigue con ello.
Alguien que pone excusas para todo
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Amy Morin, LCSW, es la editora en jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del libro superventas “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind.
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