¿Cuando una persona te decepciona nada vuelve a ser como antes?

¿Cuando una persona te decepciona nada vuelve a ser como antes?

Decepción

“La rosa es una rosa desde que es una semilla hasta que muere. Dentro de ella, en todo momento, contiene todo su potencial. Parece estar constantemente en proceso de cambio; sin embargo, en cada estado, en cada momento, está perfectamente bien como está.” ~Timothy Gallwey

Quería una sola cosa en mi vida, y sabía que me haría sentir feliz y completa. Pero se me escapaba. Cuanto más me esforzaba por conseguirlo, más se alejaba. Me sentía repetidamente con el corazón roto y engañado.

Podía imaginar una vida en común, y mi novio parecía estar en el mismo camino. Pero un día soltaba la bomba: “Es hora de seguir adelante”. Escuché tantas veces la excusa: “No es el momento adecuado”, que me molestó.

Esto contradecía todo lo que creía. Siempre había ido detrás de lo que quería. Funcionaba mientras vivía en casa y en la escuela. ¿Por qué no funcionaba ahora que estaba sola y era el momento adecuado?

No es posible tener todo como uno quiere. Hay demasiadas variables en juego, sobre todo lo que quieren los demás. Todos tenemos deseos y necesidades contradictorias, y nuestros deseos se ven a menudo frustrados cuando entran en conflicto con lo que quieren los demás.

No resultó como se esperaba lo que significa

Decepcionarse a sí mismo puede hacer que te cuestiones tus ambiciones, tu autoestima y tus capacidades. Puede hacer que te sientas mareado e incómodo, como si estuvieras atascado en la cima de una montaña rusa o comiendo esos restos de sushi que deberías haber tirado hace días.

Tal vez sea porque sólo nosotros conocemos nuestro verdadero potencial, y no estar a la altura invita a la fiesta a emociones desagradables como la vergüenza, el miedo y la culpa. O tal vez sea porque sabemos que somos los únicos que podemos librarnos de esa sensación de hundimiento, y es una tarea desalentadora.

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Las investigaciones demuestran que “las personas que tienen niveles más altos de autocompasión tienden a manejar mejor el estrés -tienen una menor respuesta de estrés físico cuando están atascados en el tráfico, tienen una discusión con su cónyuge o no consiguen esa oferta de trabajo- y pasan menos tiempo reactivando los eventos estresantes al pensar en ellos”, escribe Carrie Dennett en The Washington Post.

Es parte del duelo, parte de la vida y, sí, parte de la decepción. El primer paso para superar la vergüenza de uno mismo es simplemente aceptar lo que salió mal. Evitarlo o pasarlo por alto no te ayudará a seguir adelante.

Cuando la vida no resulta como quieres citas

Las decepciones son inevitables, y la forma en que las afrontamos suele ser un momento decisivo en nuestras vidas. El modo en que respondemos a la decepción suele estar influido por nuestra educación; algunas personas intentan evitar la decepción rindiendo por debajo de sus posibilidades (fijando sus expectativas permanentemente bajas), mientras que otras intentan evitarla rindiendo por encima de sus posibilidades (fijando sus expectativas inalcanzablemente altas). Independientemente de la postura que tomemos, podemos aprender a responder de forma saludable a la decepción adoptando un estilo de afrontamiento que busque comprender lo que ha sucedido, compruebe si nuestras expectativas eran razonables, reevalúe nuestras percepciones y comportamientos y busque soluciones positivas en lugar de quedarse en el pasado. La introspección puede ser útil, pero la rumiación no suele serlo. Aunque la decepción es inevitable, el desánimo es siempre una opción.

Debido a su inminente jubilación, Robert había preparado cuidadosamente a un sucesor para que se hiciera cargo de su proyecto clave. Los directivos de la empresa le aseguraron que estaban de acuerdo con su elección. Pero a la hora de la verdad, vetaron a su candidato. En su lugar, nombraron a otra persona para que asumiera el liderazgo, alguien en quien Robert no confiaba para continuar el trabajo que había sido la piedra angular de su carrera. Robert se quedó con las ganas de no haberlo visto venir. La sensación de inutilidad y desconcierto era casi insoportable.

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Citas cortas de decepción

En los últimos años, hemos cancelado demasiadas bodas. Hemos aplazado demasiadas fiestas de graduación. Demasiadas celebraciones de cumpleaños con seres queridos fueron virtuales o en coche. Demasiados días de fiesta y muchas más ocasiones fueron asuntos tranquilos, en casa.

En otras palabras, los últimos años han estado marcados por una gran decepción. Y si hay algo que nos desafió a todos fue aprender a lidiar con la decepción, a salir de ella y a desarrollar la resiliencia tras ella.

La decepción es sentirse infeliz porque alguien o algo no ha sido tan bueno como se esperaba. Cuando nos sentimos infelices porque nuestras esperanzas y expectativas no se han cumplido, experimentamos un sentimiento de tristeza o decepción.

Todos reconocemos al instante la sensación de haber sido defraudados y la rabia que podemos sentir cuando algo que pensábamos que merecíamos no ha sucedido. O la pena que experimentamos cuando perdemos una oportunidad.

Esta experiencia única de decepción se produce cuando estamos tan centrados en conseguir nuestros objetivos que renunciamos al proceso. Nos excedemos y vivimos con infelicidad cada día. Todo ello por la tranquila promesa de que cuando “llegamos”, nuestro destino hace que la lucha merezca la pena.

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