Cómo afrontar el dolor crónico
Bueno, sí y no. El dolor se percibe de forma diferente de un individuo a otro. La forma de reaccionar ante el dolor varía. Para los torturados por el dolor nervioso crónico, éste puede consumir cada hora y minuto de vigilia.
Su mente puede tender a concentrarse en muchas cosas a lo largo del día (y para algunos hasta la noche) sin siquiera tomarse un minuto para descansar. Es posible que te centres únicamente en el dolor y en cómo te afecta de forma negativa. El objetivo es entrenar tu mente para que apague lo malo y encienda lo bueno.
Si te duele el nervio de los pies, concéntrate en lo que pueden hacer tus manos. Piénsalo: si te duelen las manos, eso puede ofrecerte una fuente adicional para dibujar, escribir, colorear, hacer fotos, etc. No te limites a lo que no puedes hacer, sino concéntrate en lo que puedes hacer.
Todos hemos escuchado alguna vez el dicho “Podría ser mucho peor”. Aunque muchos de nosotros sufrimos a diario y a menudo nos resulta difícil movernos con facilidad, seguimos teniendo la capacidad de disfrutar de los placeres de la vida. Es importante pensar de forma positiva en lo que tenemos: las personas de nuestra vida, una buena comida, un techo, etc. Te sorprenderá ver cómo tus niveles de dolor pueden reducirse simplemente pensando con una actitud positiva.
Tolerancia al dolor
El dolor crónico no es una simple sensación. Está fuertemente influenciado por la forma en que el cerebro procesa las señales de dolor. De hecho, el dolor crónico puede provocar fuertes reacciones emocionales, como el miedo, la ansiedad o incluso el terror, dependiendo de lo que el individuo crea sobre sus señales de dolor.
Si hay alguna buena noticia sobre el dolor crónico, es que, hasta cierto punto, el cerebro puede aprender a gestionar y disminuir la sensación de dolor utilizando una combinación de técnicas de concentración profunda, respiración e imaginación.
Esta poderosa técnica consiste en centrar la atención en cualquier parte específica del cuerpo que no duela (mano, pie, etc.) y alterar la sensación en esa parte del cuerpo. Por ejemplo, imagine que su mano se calienta. Esto hará que la mente deje de centrarse en el origen de su dolor.
Esta técnica, también muy poderosa, consiste en imaginar que tu dolor es una bola de color (elige un color que pueda ser estresante para ti, como el rojo). Cada vez que inspires y luego exhales, imagina que la “bola” de dolor se hace más pequeña y cambia gradualmente de color a un tono más relajante (por ejemplo, para muchas personas podría ser verde o azul). Del mismo modo, puede imaginar que se coloca una bolsa de hielo (o una bolsa caliente) relajante y refrescante en la zona del dolor. Elija imágenes que le resulten relajantes y le alivien el dolor. No serán las mismas para todo el mundo.
No sentir dolor
Foto de Moment/GettyiCuando una tarea complicada hace que te duela el cerebro, esto es lo que debes hacerFoto de Moment/Gettyby Todd Vogel + BIOSi tuvieras que elegir entre completar una tarea mental agotadora o descansar en la playa, ¿qué elegirías? Si eres como la mayoría de la gente, la idea de tomar el sol es mejor que resolver problemas en la oficina. Sin embargo, esta tentación generalizada de evitar las tareas mentales difíciles no es una señal directa de que muchos de nosotros seamos intrínsecamente perezosos. En muchos contextos, el trabajo mental puede ser realmente desagradable, experimentado casi como un “picor” en la mente que insta a parar y hacer otra cosa.
Las tareas mentales desafiantes requieren un tipo de esfuerzo y se sienten extenuantes, como cuando se trata de pensar en una palabra en el Scrabble, descifrar las instrucciones de los muebles de IKEA, terminar los deberes o simplemente recordar lo que había en la lista de la compra. Pero, ¿cuál es exactamente la naturaleza del esfuerzo mental? ¿Y por qué un conjunto de trabajos ha demostrado que, si se da a elegir entre una tarea mental difícil y otra fácil, la gente suele optar por la opción más fácil, incluso cuando el esfuerzo promete resultados positivos, como ganar dinero, ayudar a otra persona o empatizar con los sentimientos de alguien?
Cómo adormecer el dolor emocional
Los dermatólogos realizan todos los días procedimientos que requieren el uso de lidocaína para adormecer. Desafortunadamente, aunque la lidocaína es muy efectiva para adormecer y hacer que el procedimiento sea cómodo, la inyección de lidocaína en sí misma puede picar y producir dolor.
Las técnicas que empleamos en MassDerm incluyen la amortiguación de la lidocaína para hacerla menos ácida (menos picante), la inyección de lidocaína a temperatura ambiente en lugar de fría (refrigerada) siempre que sea posible, y el uso de una inyección lenta y suave en las capas menos sensibles de la piel.
En algunos casos, cuando los pacientes informan de molestias a pesar del uso de estos métodos, empleamos un dispositivo de anestesia cinética vibratoria (VKAD o “anodino”). Algunos estudios preliminares han indicado que los VKAD ayudan a reducir el dolor de los procedimientos y se cree que el mecanismo está relacionado con la Teoría de la Puerta del Dolor. Según la “teoría de la puerta”, las neuronas sensoriales que transmiten la sensación de dolor desde la piel y las neuronas sensoriales que transmiten la sensación vibratoria desde la piel transmiten señales a las mismas neuronas aferentes, que a su vez envían información al cerebro. Las neuronas activadas por la sensación vibratoria inhiben los nervios aferentes del dolor, bloqueando o inhibiendo así el mensaje enviado por las neuronas que percibieron el dolor. Por lo tanto, al producir una fuerte sensación vibratoria, podemos “engañar” al cuerpo para que no sienta la sensación de dolor con tanta fuerza.