¿Qué es ser una persona psicodélica?

¿Qué es ser una persona psicodélica?

Psicodélicos

El LSD, o dietilamida de ácido lisérgico-25, es un embaucador químico. Imitando la morfología de la serotonina, bloquea las sinapsis de los receptores 5-HT2A del cerebro para desencadenar una onda manifiesta en la cognición: rupturas extraordinarias en la visión, los patrones de pensamiento, las creencias y las emociones.

En una hora, los juegos del embaucador se dan a conocer. Desciende una sensación de extrañeza difícil de expresar con palabras. Las formas y los caleidoscopios pueden aparecer y bailar en sincronía. Pueden surgir conexiones sinestésicas – cuando se pueden oír o saborear los colores. Dependiendo de la dosis de cada uno, en el punto álgido de la droga se puede entrar en una dimensión totalmente alterada: un lugar extraño lleno de entidades, serpientes, diseños detrás de los ojos, hebras de ADN y una apreciación radicalmente mejorada del arte y la estética. O algo mucho más oscuro.

El mundo de Doblin zumbaba, palpitaba, zumbaba. Después de flotar por el comedor del campus, se dirigió a un dormitorio privado para hacer un viaje hacia el interior. Mirando a su amigo -también bajo los efectos del LSD-, Doblin se vio sorprendido por una nueva visión. No se limitó a deducir los pensamientos y emociones de su copiloto, sino que pudo verlos con toda claridad. Las experiencias transformadoras no son como la mayoría de las experiencias, ni siquiera las más dramáticas. Se estaba descomponiendo. En su propio rotoscopio de LSD, Doblin había vuelto a ser un niño -ya no el hombre- y el desequilibrio de emoción e intelecto que impulsaba su vida en lo cotidiano era sensible. Sin embargo, Doblin se dio cuenta de que era así por una razón. Y esto significaba que no estaba grabado en piedra. Podía cambiar las cosas. Podía ser libre.

Drogas psicodélicas para la depresión

El estudio científico de la meditación y las drogas psicodélicas ha experimentado un notable desarrollo en los últimos años. El aumento de la atención a la meditación en la neurociencia cognitiva ha llevado a una clasificación transcultural de los estilos de meditación estándar validados por datos neuroanatómicos funcionales y estructurales (Lutz et al., 2008; Dahl et al., 2015; Fox et al., 2016). Mientras tanto, el renacimiento de la investigación psicodélica (Carhart-Harris y Goodwin, 2017) ha arrojado luz sobre la neurofisiología de los estados alterados de conciencia inducidos por alucinógenos clásicos, como la psilocibina y el LSD, cuyos efectos están mediados principalmente por el agonismo de los receptores de serotonina, y el subtipo de receptor de serotonina 2A específicamente (Carhart-Harris et al., 2012, 2016b; Nichols, 2016). Sin embargo, se han hecho pocos intentos de unir estos dos dominios de investigación, a pesar de la creciente evidencia de superposición entre la fenomenología y la neurofisiología de las prácticas de meditación y los estados psicodélicos.

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En primer lugar, es importante subrayar de inmediato que ni la meditación ni los estados psicodélicos pueden concebirse como categorías simples y uniformes. Muchas variables modulan los efectos subjetivos de la práctica contemplativa y de los psicodélicos, incluyendo el estilo de meditación o la droga y la dosis utilizadas, así como factores personales como el nivel de experiencia y los rasgos de personalidad. En particular, las alteraciones dramáticas de la autoconciencia parecen ocurrir sobre todo en el caso de meditadores muy experimentados o con dosis altas de psicodélicos. Por lo tanto, sugerimos que tanto la meditación como los psicodélicos pueden inducir una amplia variedad de estados globales de conciencia, pero estos estados son sensibles a una multitud de factores además de los inductores específicos que estamos destacando aquí2.

Experiencia psicodélica

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Los alucinógenos son una clase de drogas que pueden causar alucinaciones o sensaciones e imágenes que parecen reales aunque no lo sean. Durante siglos, los alucinógenos (también conocidos como psicodélicos) han sido utilizados por personas de muchas culturas en rituales religiosos, por artistas para despertar la creatividad o por recreación.

Las razones por las que la gente prueba los alucinógenos son variadas, pero para la mayoría, alteran la percepción, los pensamientos y los sentimientos. Aunque la mayoría no son adictivos, algunos pueden serlo, y el consumo de alucinógenos puede conllevar algunos riesgos y beneficios.

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Las drogas alucinógenas y disociativas se utilizan con fines sociales y recreativos. La gente puede usar alucinógenos para lidiar con el estrés o para tratar de alcanzar un estado mental iluminado. Algunos pueden tomar drogas alucinógenas simplemente para escapar de los problemas de la vida o para aliviar el aburrimiento.

Lista de drogas psicodélicas

Dos años después, el Centro de Investigación Psicodélica ha completado estudios históricos sobre el potencial terapéutico del compuesto de la seta mágica psilocibina para la depresión, explorando el “estado de sueño despierto” vinculado a la ayahuasca y profundizando en la ciencia de las microdosis de LSD.

Los primeros trabajos de seguimiento del equipo, que aún no se han publicado, demuestran que cuando se muestran rostros cargados de emociones, los antidepresivos ISRS (fármacos como la fluoxetina y el escitalopram) atenúan la respuesta a todos los rostros, pero la psilocibina sólo amortigua los rostros cargados negativamente.

El Dr. Carhart-Harris explica:  “Con el antidepresivo tipo Prozac… observamos una amortiguación o silenciamiento de la respuesta del cerebro a los estímulos emocionales en relación con la psilocibina. Esto tiene sentido, porque la psilocibina es más bien una recalibración o reinicio emocional, mientras que el ISRS [antidepresivo] es más bien un freno a la intensidad emocional que ayuda a controlar el estrés”.

Para profundizar en este tema, el Centro tiene previsto estudiar cómo los psicodélicos cambian la actividad de nuestro cerebro. Está previsto que los estudios comiencen a analizar las ondas cerebrales y los datos de las resonancias magnéticas de los voluntarios a los que se les administró psilocibina y DMT (el compuesto activo que se encuentra en la bebida psicodélica amazónica ayahuasca) para comparar su actividad cerebral antes y después de la experiencia.

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